Soy un gatito de un mes de edad, ya comienzo a comer sólito, pero todavía dependo de mi mamá, me gusta explorar el mundo, aunque ella no me deja ir más allá del jardín.
Dice que afuera no me cuida porque somos gatos hogareños y que un gato hogareño no sale tanto cuando es joven.
Afuera hay ruidos interesantes, se oye el mullido de un gato, suena diferente a los maullidos que conozco.
Mi mamá me dice que son maullidos de un gato viudo y que me cuide mucho de ese gato porque es muy agresivo, y conmigo no tendrá piedad.
Mi mamá gata seguido nos cambia de lugar, a mí me relaja cuando lo hace porque amorosamente me agarra del cuello y me traslada a un sitio oscuro y escondido.
Los humanos que nos cuidan dicen que soy muy travieso, pero en realidad soy curioso, sólo que el otro día me emocioné y trepé por las cortinas…
La verdad me gustó la experiencia y no me arrepiento.
El otro día escuché que nos darán con otros humanos para que vivamos en otro sitio, mi mamá se sintió triste al escuchar eso, pero no entiendo por qué está triste si nos iremos todos juntos.